La gran experiencia cinéfila

Adán Jones

El BAFICI es lo que Forrest Gump podría llamar “una gran caja de chocolates”; nunca sabemos con lo que nos vamos a encontrar. Con más de 400 películas a proyectar, es una especie de “elije tu propia aventura”; el azar y la suerte son los dos grandes elementos de este festival. Generalizando, cada veinte películas, en dos vas a querer retirarte de la sala, cinco van a ser olvidables, nueve van a ser entretenidas, dos muy buenas y siempre hay una joyita que hace valer la pena el riesgo  y las horas perdidas.

Con el cine independiente, hay que decirlo, siempre se corre el riesgo de que en la trama no pase nada. Creo que ahí está el primer error del realizador independiente, confundir una historia sencilla y de bajo presupuesto, con la necesidad de mostrar largas secuencias de planos muertos y resoluciones metafóricas que solo entienden los que hicieron el filme. Pareciera que el término independiente se ha convertido en sinónimo de lento y aburrido, y esto no tiene que ser así. Todo lo contrario, el cine no tiene que perder su capacidad para entretener. Un gran ejemplo de cine inteligente y divertido es la Indie The Woman in the Septik Tank (BAFICI 2012). Espectacular película que narra con ingenio los problemas y obstáculos por los que pasan un grupo de jóvenes realizadores mientras arman el guión de su opera prima Walang wala (sin nada). Vale aclarar, que quieren hacer su película en una villa miseria filipina, y contar la historia de una madre que ,al no poder alimentar a todos sus hijos, decide vender uno (PUM! Golpe bajísimo). Mientras tanto discuten si debería ser un documental, un musical, una telenovela, o cualquier otro género en el que se cagaron encima.

Ahora, ¿cómo evitar bodrios?  Pueden ir a los seguros y viejos directores que vuelven este año, como Jim Jarmush, Hong Sang-Soo (llamado el Woody Allen coreano), Raya Martin, Gaston Duprat, Mariano Cohn, Corneliu Pomperiu, David Zellner, Takashi Miike y Sion Sono (para los que les gusta el gore), a las recomendadas de este año (Mary is Happy, Wrong Cops, Iranian, Seduced and Abandoned, Mistaken for Strangers) o a los clásicos restaurados (para ver o volver a ver en el cine) entre los cuales se proyectará Shivers, de David Cronenberg, Jules et Jim de Francois Truffaut y La Gran Ilusión de Jean Renoir. Si se sienten aventureros, tengan en cuenta que los programadores suelen dejar pistas en las sinopsis; palabras como imperdible, notable ópera prima, gran manejo del suspenso, maestro, designan buenas películas, por el contrario; carente de diálogos, inclasificable, excéntrico denotan lo contrario. En cambio, si leyeron la sinopsis y no entendieron nada, huyan inmediatamente de la página.

Otra cuestión a tener en cuenta son las secciones, mi favorita siempre es y será la Nocturna. La sección más extrema del festival, la más cruda y la más morbosa, lo que la hace ideal para ir con amigos. Como olvidar esas noches del Abasto, corriendo para no quedar en la primera fila de la sala y ver en primer plano las publicidades de Chungo. La sección nocturna me regaló películas como Too Much Pussy, Black Dynamite, The invasion of Alien Bikini, Crónicas sexuales de una familia de hoy y este año tengo la vista fija en la nueva de Sion Sono; Why don´t you play in hell?, el trailer lo dice todo.

Mas allá de lo criticable o no; de lo que entra en la categoría de independiente o no, de su cambio de posicionamiento (en los últimos 3 años el festival paso de publicitarse como “es para unos pocos” o “no todo el mundo lo entiende” a “todos son bienvenidos”), de ser acusado como una cueva de hipsters (término que aun no comprendo del todo), e inclusive de pensar a lo independiente como una nueva forma de comercializarse (¿independiente de qué?, ¿de audiencia? Eso parece poco sincero, ¿No seria muchísimo más interesante, y por tanto más difícil, lograr independencia de los esquemas narrativos como lo ha demostrado Historias Extraordinarias de Mariano Llinás? -BAFICI 2008- Película Argentina que además demostró que es posible filmar por fuera del INCAA). Digan lo que quieran, pero el BAFICI es disfrutar y, en menor medida, alejarse (por lo menos unos centímetros) del cine-tanque Norteamericano.

 

Un pensamiento en “La gran experiencia cinéfila

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