Chaplin: humor, poesía y compromiso

Charles Chaplin

 

A veces hay que caer en obviedades. Creo que es un deber si escribo sobre cine dedicarle un espacio al grande de los grandes, al señor Carlitos. No, no estoy hablando de Tévez sino del eterno Chaplin.

Cuando todo el mundo habla de alguien y le rinde culto tiendo a desconfiar, pero hay pocas personas que lo merezcan tanto como Charles Chaplinél, porque no fue sólo un gran director y actor, fue mucho más: humorista, guionista, productor, compositor, escritor, en fin, todo. Supongo que entenderán la grandeza de poder ocupar todos esos roles cuando hay quienes gracias si cumplen una de esas funciones correctamente.

Su humor sigue vigente, trasciende tiempo y espacio. Pero no sólo de humor se trata, pues su sátira toma problemas de índole social y política. Chaplin fue un gran crítico de su época, haciendo referencia permanentemente al desempleo, a la pobreza,  a las luchas de los inmigrantes, y hasta realizó una sátira del nazismo a comienzos de la Segunda Guerra Mundial.

 Modern Times (Tiempos Modernos) es una de sus películas más conocidas y contiene, a su vez, una de sus escenas más famosas y reproducidas, la de la fábrica. Pero no por ser reiterada pierde su valor, sino que es muestra de la alienación y automatización que generan los procesos tayloristas y fordistas en ese fervor infernal de la productividad. Charles Chaplin, Modern TimesEn esto está su grandeza, hacernos reír con estos elementos de la sociedad pero también criticarlos y, a la vez, cargarlos de belleza.

Una de mis escenas preferidas de Modern Times es aquella en la que patina con los ojos vendados. Es sencillamente una genialidad. La música, la poesía del movimiento y a la vez la gracia que causa que esté permanentemente al borde de caer.

The Kid (El chico) es otra de sus grandes películas y ésta muestra tal emotividad que es difícil poner en palabras.  Básicamente, la trama es un niño que es dejado por su madre dentro del auto de una familia adinerada pretendiendo que lo adoptaran y pudieran darle una buena vida, sin embargo el auto es robado y el niño termina en un barrio marginal, donde será cuidado por un vagabundo, encarnado por Chaplin (recordemos que su personaje Charlot, el vagabundo, fue el que lo llevó a la fama en sus inicios). El film es realmente conmovedor y vemos, una vez más, cómo se hace eco de las problemáticas sociales.

Por último, quería referirme a The Great Dictator (El gran dictador), una de mis preferidas. Como mencioné brevemente, en ella ridiculiza al nazismo. Ésta, su primera película sonora, trata de un soldado judío (barbero de profesión)  que pierde la memoria en combate. Cuando vuelve a su ciudad, la misma se encuentra -sin él saberlo- bajo dominio del dictador Hynkel, y es discriminado por su religión. Luego de una serie de acontecimientos, el barbero es secuestrado y enviado a un campo de concentración, del cual intentará escapar vestido de soldado alemán. Por su apariencia casi idéntica a Hynkel, es confundido con éste y es llevado a Osterlich para dar un discurso sobre la conquista del mundo. Sin embargo, su discurso será sobre la humanidad, la libertad y la democracia.  El film tiene la particularidad de ser una crítica feroz pero que se realiza no al final de la guerra, con la perspectiva y la seguridad que esto implica, sino cuando la guerra está comenzando, lo cual refuerza el valor del mismo.

Voy a reponer tres fragmentos que a mi modo de ver sintetizan el cariz de su obra. El primero es una escena en la barbería que muestra su excelente humor, sincronizando los movimientos del barbero con la música de fondo.

El segundo es de un sentido poético brillante, como metáfora de que el dictador juega con el mundo y lo quiere a su merced, pero además es llevada con  movimientos sutiles y delicados, acompañados por la música en una suerte de coreografía (un recurso similar al anterior pero esta vez con otra seriedad y otro sentido).

Para terminar, voy a reponerles el discurso final ya que es profundamente conmovedor y muestra este sentido social que le daba Chaplin a sus films. Porque no todo es comedia y, en definitiva, el cine constituye un medio de comunicación social y, como tal, puede difundir ideas de democracia, de justicia social, de tolerancia y de respeto por el otro. El guión es realmente hermoso.

Para mí no hay más vuelta que darle, Chaplin es mágico.

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