La complejidad de lo simple

Before Sunrise, Before Sunset, Before Midnight

Pocas veces se logran hacer trilogías buenas, quiero decir, que todas las partes sean igualmente buenas, más allá de con cuál sintonice más cada uno. Un ejemplo son Before Sunrise (Antes del amanecer), Before Sunset (Antes del Atardecer) y Before Midnight (Antes del Anochecer). Además, son prueba de que se puede hacer una excelente e interesante película sólo con diálogos (pero diálogos geniales) y, que no es poca cosa, escenarios lindísimos: Viena, París, Grecia. Aquí lo que reina es la simplicidad visual, no hay efectos , no hay adornos, sólo ellos caminando y hablando.

La historia versa de dos jóvenes que se conocen a sus veinte en un tren en Europa. Jesse (Ethan Hawke), es un estadounidense que había ido a visitar a su novia, de la cual se separó en ese viaje y decidió recorrer distintas ciudades. Céline (Julie Delpy) es una estudiante francesa que había ido a visitar a su abuela en Budapest y se encontraba volviendo a París. Jesse se debía bajar en Viena yJulie Delpy, Ethan Hawke convence a Céline de bajar con él y acompañarlo ya que, por no tener más dinero, pensaba caminar la ciudad toda la tarde y noche.

Richard Linklater, el director, tuvo la genial idea de que entre cada película transcurra el mismo tiempo que en la vida real. Se conocen en sus veinte, se reencuentran en sus treinta y finalmente se los ve como pareja en sus cuarenta, y cada pelìcula la recibimos diez años después de la anterior (una dura espera para algunos).

En las tres se abordan cuestiones de la vida y las relaciones en una suerte de filosofía casera. Pero, además, es una expresión genial de las distintas etapas de la vida y de las parejas, por eso me encanta. Cuando ellos se conocen en el primer film son todo lo que uno es cuando tiene toda la vida por delante, idealistas, románticos, en algunas cosas un tanto escépticos, con temor a convertirse en personas aburridas, estructuradas, con vidas rutinarias. Es por eso que deciden no mantenerse en contacto, por temor a que la relación se diluyera en la distancia, y no intercambiar números de teléfono ni direcciones, sino reencontrarse seis meses después en la estación de tren de Viena.

En la segunda parte descubriremos que su encuentro pactado no ocurrió y vuelven a verse diez años después. Por supuesto, mucho ha cambiado, Jesse está casado y tiene un hijo. Céline aún no pero ha pasado por varias infructuosas relaciones. En este film vemos dos Ethan Hawke, Julie Delpypersonas ya maduras, que se arrepienten de algunas decisiones, que se preguntan cómo hubiera sido su vida si hubieran podido encontrarse aquel lejano día en Viena. Eso que va ocurriendo cuando uno madura, ese “qué hubiera pasado si…”que nos aqueja. En mi opinión, una frase de Céline sintetiza bastante bien lo que va ocurriendo con el tiempo: “Creo que cuando sos joven creés que vas a conectar con mucha gente. Más tarde te das cuenta que eso sólo pasa unas pocas veces”.

Así, vemos su disconformidad con cómo han resultado algunos aspectos de su vida, si bien profesionalmente se han realizado han tenido relaciones que no los completaban, que no resultaron tan idílicas. Su reencuentro, además, los hace pensar en aquellas personas románticas que eran de “jóvenes” y cómo ese sentimiento se vio frustrado cuando no pudieron reencontrarse. Pero, sin embargo, volver a verse los hará pensar que eso que eran aún puede recuperarse. Esta parte no es una muestra de una deprimente crisis treintañera, en su reencuentro renace un romanticismo, una esperanza, pero esta vez con la experiencia de los años, con esa conciencia de que hay oportunidades que no se pueden dejar pasar. En criollo: que hay que jugársela.

La tercera parte trajo sus controversias, los vemos finalmente como pareja, con dos hijas, pero tampoco ahora es todo tan ideal. Hubo quienes se desilusionaron con este film, que esperaban ver una pareja tan romántica como aquella de las dos primeras partes. A mí, en cambio, me pareció muy realista y eso me gustó. Porque las relaciones son lo que se muestra, coJulie Delpy, Ethan Hawkenflictos, dudas, discusiones. Las relaciones no son esos breves encuentros mágicos en ciudades europeas. Son un todo, con momentos buenos y malos, expectativas que no se realizan y otras que sí. Creo que esta parte es más apreciada por personas de 40 para arriba, que también han tenido sus largas relaciones, que ya transitaron más camino en la vida y descubrieron que no todo es color de rosa. Pero que tampoco eso quiere decir que no haya amor, que no haya ningún romanticismo, sólo que las relaciones de la vida real son mucho más que eso, por más que pueda parecer duro.

Así que, idealistas, lamento decirles que para una película romántica hollywoodense, donde todo termina maravillosamente, deberán recurrir a otro director. Linklater no es así, Linklater es realidad, pero hermosamente mostrada. Un guión pleno, buena música -por cierto, con varios temas de la propia Julie Delpy-y por supuesto, buenas actuaciones.

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