The Babadook

No importa la originalidad cuando una historia es bien contada. The Babadook es un proyecto de la directora y guionista australiana Jennifer Kent, quien logra narrar el típico cuento de monstruos para niños desde un punto de vista que fusiona situaciones cotidianas con fantásticas. Se trata de recrear los terrores de la infancia con cierto misterio y tenebrosidad.

Es muy fácil meterse en la trama. La película avanza despacio pero a un ritmo bien llevado, con el suspenso característico del género que va desde el comienzo cocinándose a fuego lento hasta llegar a su clímax.
Essie Davis interpreta a Amelia, una mujer que vive inmersa en el dolor por haber perdido a su marido y lucha por llevar una vida normal con su hijo Samuel, interpretado por Noah Wiseman, un niño que es conflictivo a causa de su fantasiosa imaginación que lo hace víctima de los monstruos que viven debajo de la cama y del armario. No sería una mentira decir que su irritabilidad hace que uno tenga ganas de que tenga una muerte lenta y dolorosa en algún momento de la película.  Las actuaciones de ambos son para Oscar, no sólo por sus aspectos demacrados sino por cómo demuestran la calesita de emociones que les genera (y no es para menos) tener un monstruo en la casa. Es que, la combinación de una madre viuda y depresiva, con un niño histérico e intolerante, es la fórmula perfecta para el desastre. Y ellos, con muy buena química, saben llevarlo muy bien a la hora de reflejarlo en la pantalla.

El monstruo o Babadook no aparece más de lo necesario. Su imagen caricaturesca se ve manifestada al igual que el libro al que hace alusión. Los sonidos y luces que aparecen junto al personaje, hacen el juego ideal para que sus escenas sean más tenebrosas.
El relato es simple. Hay pocos personajes a lo largo del film pero los protagonistas cuentan una historia coherente que atrapa por su sencillez y se potencia con la presencia de Babadook en su hogar. La fotografía oscura y sombría acompaña todas las escenas, de manera que nunca se abandona la atmósfera taciturna y amarga que va de la mano con la trama.
The Babadook es intensa, muy intensa. Ofrece buenos momentos de tensión sin la necesidad de mostrar demasiado.  Es una propuesta diferente para demostrar que se puede generar miedo sin tener que recurrir al gore o a situaciones violentas inncesarias.