Los pasos del elefante

El cementerio de los elefantes

Con mi viaje en ciernes a La Paz y la recomendación en mente de algunos conocidos de dicho lugar, decidí ver El cementerio de los elefantes. Aunque ya de por sí el título da un indicio, no les voy a mentir, no es la película más alegre. Más bien todo lo contrario. Pero lo que tiene de triste lo tiene de bueno y, aunque sea duro, muestra una parte de la realidad boliviana.

Como muchos sabrán el título refiere a un mítico lugar en África donde se creía que iban a pasar sus últimos días los elefantes moribundos. La película trata de un hombre, Juvenal (Christian Castillo), que decide ir a un lugar de mala muerte a pasar sus últimos días alcoholizándose. El lugar es un cuarto inmundo en un bar de mala muerte, irónicamente llamado “SuCristian Castilloite Presidencial”. Se paga por adelantado y se encarga un balde de alguna bebida alcohólica que no se menciona (pienso que será aguardiente o “chicha”). Una vez en el cuarto, la empleada del bar cierra la puerta con candado y allí estará Juvenal hasta morir. Eso son los cementerios de elefantes de La Paz, desgraciadamente, no es pura ficción. Según señala el film, se estima que existen unos cuatro en la ciudad.

Juvenal no es una persona que esté transitando una enfermedad terminal y decida vivir sus últimos días de esta forma, no, como tantos otros que recurren a esta solución, es un alcohólico desde temprana edad.

Así, a lo largo de la película veremos los recuerdos que más atormentan a Juvenal, aquellos que desesperadamente trata de acallar con el alcohol: su infancia, una ex pareja a la que maltrató y finalmente alejó a causa de su adicción, un amigo que lo traicionó, un amigo al que él traicionó, delitos que cometió…en fin, todas las cosas que podemos esperar que sucedan en estos mundos marginales en los que se mueve el personaje.

Todo esto, además de para mostrarnos un lado de la sociedad, sirve para tirarnos algunas puntas sobre la cultura boliviana. Por ejemplo, aparecen un par de cuestiones que a cualquier extranjero le extrañarán. Por un lado tenemos la lucha de cholitas que por increíble que parezca es exactamente eso: mujeres vestidas de cholas que practican una suerte de lucha libre. Este es un espectáculo Lucha de cholitasmuy popular que ocurre regularmente en El Alto. Por otro lado, y esto es un poco perturbador, muestra una costumbre que no podría decir con certeza si efectivamente ocurre o es tan sólo un mito, pero que según mis contactos de la región es real.  Existe la creencia de que cuando se está realizando una construcción, como se horada a la Pachamama, es necesario darle una ofrenda para que proteja a los obreros. La misma consiste en una persona, la cual es emborrachada (y probablemente drogada)  hasta perder el conocimiento para luego enterrarla viva. ¿Estremecedor? Sí, sin dudas.

La obra de Tonchi Antezama nos sumerge de lleno en la psicología y los conflictos de Juvenal. Es simple, sin grandiosidades en la producción pero contundente y, por supuesto, interesante en cuanto describe cruda pero adecuadamente el panorama socio-político boliviano.

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Título original: El cementerio de los elefantes

Año: 2008

Guión y Dirección: Tonchy Antezana Juárez.

Producción General: Homero Rodas.

Intérpretes: Christian Castillo, Fernando Peredo, Julio Lazo, Wilson Laura, Rosa Paye, Eduardo Rojas, Augusto Hinojosa y Lineth Herbas

Dirección de Fotografía: Tonchy Antezana y Omar Villarroel

Sonido: Ángel Hinojosa

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